Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre.
La cabeza de la orden terrenal de los poderes angélicos, a quien Dios había encomendado la tarea de velar por la tierra, no era mala por naturaleza, no había recibido ni una traza de maldad de su creador.
La historia de Jesús sobre el padre y sus dos hijos es la parábola más larga y conmovedora de los evangelios. ¿Cuál es el punto principal o el enfoque de la historia?
El ayuno ayuda a recordarnos nuestro alto llamado a servir y dar culto a Jesucristo. Un enfoque muy provechoso que toma prácticas de la Iglesia Ortodoxa Griega.