
Autor: David Quintana, miembro de los Siervos de la Palabra, una hermandad ecuménica internacional de hombres que viven solteros para el Señor.
A solas, con Dios
“Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.” (Mark 1:35)
La solitud es estar solo y estar con Dios. Es el lugar donde tenemos el gran encuentro con el Dios vivo. ¡Cuán desesperadamente necesitamos esto en nuestro mundo, tan rápido, lleno y ruidoso! Buscamos la solitud para poder encontrar momentos intencionales de detenernos y quedarnos quietos; para abrir espacio en nuestras vidas.
¿Tienes suficiente solitud en tu vida? ¿Hay alguna pequeña cosa que puedas hacer para optar por más solitud en tu vida diaria?
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