No tenía otra opción que volverme al Señor. Estos tiempos de dificultad me han enseñado a crecer en humildad, a entregar mi vida y confianza en la gracia de Dios: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza”.
Tal vez otro misterio está en acción cuando el martirio y la persecución se juntan, tal y como muchos cristianos lo están experimentando en el mundo de hoy: esto conduce a una unidad más profunda entre aquellos que sufren.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Al utilizar nuestro sitio web, usted está de acuerdo con el uso de las cookies.OKAprender más