– por Rodolfo Galván
Quiero compartir con ustedes, brevemente, mi más reciente experiencia ecuménica en el Congreso Nacional Oremos Unidos por México.
Soy miembro del Servicio Nacional de Comunión, que es el nuevo organismo que el Papa Francisco pidió a la Renovación Carismática Católica formar en los países después de la fundación de la iniciativa que conocemos como CHARIS y que reúne a todas las expresiones carismáticas de la Iglesia Católica. Yo represento a La Espada del Espíritu en México. El último año hemos estado haciendo promoción de este Servicio Nacional de Comunión porque el próximo 16 de mayo 2020 tendremos el Primer Encuentro Nacional de Expresiones Carismáticas en Leon, Guanajuato, México.
En este contexto fui invitado para ser conferencista en el Tercer Congreso Ecuménico “Oremos Unidos por México” que se llevó a cabo en Morelia, Michoacán, México el pasado sábado 25 de enero 2020, al final de la semana de oración por la unidad de los cristianos. Este Congreso, de un día, reunió a líderes laicos, pastores evangélicos y sacerdotes católicos con el fin de orar por el futuro de nuestro país.
En mi intervención pude compartir con los casi 1000 asistentes sobre nuestra vida en La Espada del Espíritu, nuestro llamado ecuménico, nuestro ecumenismo de convergencia y, de manera puntual, sobre “el ecumenismo de sangre”. Cada uno de los conferencistas contribuyó a un ambiente fraterno, de solidaridad, de comprensión, de unidad y de oración.
También, pudimos disfrutar de la mezcla de talentos musicales al conformarse un ministerio de música entre católicos y evangélicos que al apoyar el culto carismático acompañaron la “unción” que el Espíritu Santo derramó en aquel día.
Fue una fiesta fraterna, de respeto y alegría, inmediatamente, recordé el deseo de Jesucristo que le pidió al Padre: “Que sean uno, como tú y yo somos uno”.
Creo que el haber logrado la unidad de todos los cristianos que estábamos allí en el Congreso, logramos también sacarle una sonrisa a Dios.
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Rodolfo Galvan es un coordinador de la Comunidad “Incienso de Dios” en Xalapa, México.
Felicidades mi hermano Rodolfo; nos honra tu amistad, tu cercanía y cuidado para cada uno de los que vivimos en ésta porción del Baluarte en Incienso de Dios. Damos constancia de la formación y todos los esfuerzos por formarnos como un pueblo cristiano, fortaleciendo nuestra fe y la unidad para con todos los hermanos en la EDE; y con quienes aún no conocemos pero de seguro abrazaremos.
Gracias Daniel, es un privilegio nuestra vida comunitaria, me gusta resumirla diciendo: «Si con Él morimos, con Él vivimos». @TodosJuntos