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por Alina García Hernández

Dios ha bendecido a la Espada del Espíritu abundantemente y de distintas formas. Ha sido su idea que nuestras comunidades existan y vivan de una forma tan peculiar. En nuestras comunidades buscamos vivir radicalmente el llamado en una relación de alianza con otros hermanos.

Nuestras comunidades se integran de familias y solteros. Sin embargo, muchos de los jóvenes que hoy viven este estilo de vida han sido llamados de una manera singular – algo que incluso nuestros fundadores no pudieron experimentar.

Muchos de nosotros hemos llegado a la vida comunitaria sin ser “consultados”, simplemente nacimos o crecimos aquí. Tengo la certeza de que Dios lo quiso así por una razón. Confío plenamente en que hemos sido escogidos de esta manera para ser y para hacer algo especial para Dios.

Me he dado a la tarea de conocer el punto de vista de diferentes hermanos y hermanas que lo han vivido así y voy a publicar una historia cada vez. Esta es la historia de esta semana:

 

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Adel Chahín, Comunidad Fortaleza de Dios, San Pedro Sula, Honduras

Adel Chahin Fortaleza de Dios HondurasEl Señor me llamó muy personalmente durante un programa de verano en donde decidí salir un mes y medio fuera de mi comodidad, de mi casa y mi familia, para ofrecerle servicio a Dios. Puedo decir que, a través de ese mes y medio Dios tocó mi corazón, experimente la vida en comunidad con hermanos de comunidades de otros países, y personalmente cuando regresé a Honduras, llegué completamente decidido: la vida en comunidad es mi llamado.

Tuve dudas antes de mi conversión. Iba a las actividades de la comunidad porque mis padres asistían. Lo tomaba como un llamado familiar, aún no había llegado a ser un llamado personal. Nunca me sentí, ni me he sentido rechazado ni tampoco mejor aceptado por ser hijo de comunidad. A través del tiempo, Dios me ha enseñado que, no por ser parte de este pueblo soy más ni menos que otra persona.

Yo personalmente me siento agradecido con el Señor por haberme escogido para vivir esto. Si no hubiera nacido en comunidad, aun así hubiera escogido vivir este llamado, porque una vez que se experimenta la vida y la hermandad comunitaria, no me veo negado a vivirla, a ser parte de ella.

La voluntad de Dios es perfecta. No existe otra palabra que defina Su voluntad al escogerme a vivir este llamado. Me siento feliz de haber sido hijo de comunidad, pero posiblemente no lo dé a conocer mucho, ni me vanaglorie de ello. Dios llama en el momento indicado a la vida de cada quien. En mi caso, aunque había sido hijo de comunidad por mucho tiempo, Dios me llamo personalmente y tomé la decisión hasta que tuve 17 años. Creo que el haber nacido en este lugar, dependió 100% de la decisión personal de mis padres antes de que yo naciera. Dios tocó a la puerta de mi familia antes de mi nacimiento y mis padres ya estaban experimentado esta vida en comunidad para gloria de Dios. Me siento agradecido con el Señor porque desde niño, mis padres me inculcaron los valores de una vida cristiana en mi casa.

Adel Chahin Fortaleza de Dios HondurasSi pudiera identificar momentos en los que Dios me ha explicado o permitido conocer el porqué me puso aquí “sin consultarme”, serían el haber conocido a mi esposa, compañera de vida, dentro de esta vida comunitaria, ver con mis propios ojos, la conversión de muchos, muchos jóvenes a través del Poder del Espíritu Santo y el seguir siendo parte de la construcción del baluarte formando más líderes.

Acepto y amo este llamado entregándome completamente a Dios, sirviendo a mis hermanos y viviendo el llamado día a día con intensidad y entrega.

Animo a todos los hermanos hijos de comunidad a escuchar la voz de Dios que llama y pide que le entreguen sus vidas completamente. Este es un estilo de vida que vale la pena, vale la vida completamente. Dios se ha fijado en nosotros y nos ha escogido desde el día en que nacimos, no desaprovechemos la gracia que Dios está derramando, ¡tomemos el arado y no miremos hacia atrás!

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¡Me encanta que no me hubieran preguntado! Doy gracias a Dios por la bendición  de poner en nosotros ese regalo especial para esta vida que pensó, porque nos pensó para vivirla, amarla y defenderla tal cual la causa de Cristo. ‘

Yo soy hija comunitaria y soy hija de Dios.

Alina Maria Garcia Hernandez,  Verbum Dei. Mexicali, Mexico.

 

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Alina García es miembro de la Comunidad Verbum Dei en Mexicali, México. Adel Chahín es miembro de la Comunidad Fortaleza de Dios en San Pedro Sula, Honduras.

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