Un pequeño grupo de estudiantes se convierte en una comunidad para Cristo
— Una entrevista con Ming Ocampo, coordinador mayor de la comunidad
¿Dónde está ubicada su comunidad?
La mayoría de nuestros miembros vive en Angeles City, en la provincia de Pampanga, unos 90 kilómetros al norte de Manila. Angeles City es considerada como un puerto comercial en la isla de Luzon y tiene una población de más de 300.000 personas.
¿Cómo está compuesta la comunidad?
Hay 62 miembros adultos y 29 niños. La mayoría de los adultos son profesionales (ingenieros, especialistas en computación, maestros y algunos de nosotros trabajamos para el gobierno o como médicos. Somos una comunidad bastante joven pues la mayoría de nuestros miembros adultos está en sus treintas.
Somos parte de la provincia de Pampanga así que la mayoría habla el idioma local: Kapampangan, así como los lenguajes oficiales de las Filipinas el Tagalog y el Inglés..
¿Cómo inició la comunidad?
Empezamos como un grupo estudiantil. En 1991 algunos de nosotros estudiábamos en la Universidad Holy Angels y varia gente de muchas universidades participó de un evento de fin de semana llamado «Seire de Vida Cristiana» impartido por un equipo de Christ’s Youth in Action (CYA), un programa de misión estudiantil conectado con la Espada del Espíritu en la comunidad El Gozo del Señor en Manila. Esto ocurrió solo un par de meses antes de la erupción del Monte Pinatubo: un tremendo y devastador evento.
Aquellos que participaron del retiro formaron un grupo base que, durante los terribles días de la erupción del Pinatubo y los derrumbes devastadores que le siguieron, empezaron a compartirle a sus compañeros la vida en Cristo que ellos mismos habían experimentado.
Durante los años siguiente, continuamos evangelizando a nuestros compañeros, no solo en la Universidad Holy Angel sino también en las cercanas Angeles University Foundation y Universidad de la Asunción, y establecimos una misión:CYA Pampanga. Dios tocó las vidas de muchos jóvenes y los transformó en nuevas personas.
Cuando la gente del grupo se graduó, formaron un grupo de ex-miembros para seguirse reuniendo para orar y compartir y para 1993 formaron un grupo llamado Profesionales Jóvenes de Cristo. En 1995 solicitaron ser parte de una red de Solteros Profesionales llamada Ang Lingkod Ng Panginoon (el Siervo del Señor), otra misión de la comunidad de Manila, y se convirtieron en una rama de esa misión en 1997.
Y luego hubo bodas, y bastantes, y esas parejas siguieron juntas y continuaron reuniéndose regularmente para orar y compartir sus vidas, y más parejas se nos unieron. Entonces, en 2004, empezamos un contacto más intenso con la comunidad en Manila para investigar su podíamos convertirnos en una comunidad. Durante una de nuestras sesiones de planeación recibimos una palabra del Señor que parecía dirigida a nosotros. Era un pasaje del profeta Hageo (1:8): “‘‘Vayan ustedes a los montes; traigan madera y reconstruyan mi casa. Yo veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria’ dice el Señor.” Así que asumimos el nombre Bale ning Ginu que en nuestra lengua localKapampangan significa, la Casa del Señor.
Continuamos reuniéndonos consistentemente y empezamos a recibir las enseñanzas de la Espada del Espíritu, como el curso de Relaciones Personales Cristianas. Para el 2010, tras haber recibido más formación y sabiduría como comunidad por parte del esfuerzo generoso de los líderes de la región de Asia, fuimos aceptados oficialmente como una comunidad afiliada de la Espada del Espíritu.
Este año (2015), el equipo de construcción de comunidades de la Espada del Espíritu, tras evaluar cuidadosamente nuestra vida como comunidad, nos invitó a pasar a la siguiente etapa de nuestra formación. Al seguir adelante, queremos convertirnos en una comunidad formada de la Espada del Espíritu.
¿Cada cuánto se reúnen?
Nos reunimos tres veces al mes para nuestras asambleas generales, normalmente los domingos.
¿Hay algo que sienten que el Señor les está diciendo últimamente como comunidad?
Hemos sido llamados a construir nuestras vidas y vivir de un modo que agrade al Señor y a compartir la misión de acercar a otros a Cristo.
¿Cuál sería una fortaleza o llamado particular que has sentido que el Señor le ha dado a la comunidad?
Dios nos ha bendecido son relaciones fuertes entre nosotros, relaciones que se sostienen por el respeto mutuo, la confianza y el honor.
Y finalmente, ¿en qué areas se están enfocando como comunidad, cosas que están trabajando para fortalecer o para dar nuevos pasos?
¡Estamos trabajando en ordenar nuestras vidas! Este es el reto que Dios nos plantea.