– por Mark Challies (inspirado en los compartires de P. John Rea y Michael Staite)
Todos los días tenemos la oportunidad de abrirnos al Espíritu ya sea mediante nuestra oración o en las inspiraciones cotidianas. Estas pueden llegar como revelaciones «espirituales» o como oportunidades cotidianas. Una presentación reciente de dos hermanos de nuestra comunidad me inspiró a reflexionar en esta área.
El Padre John compartía que podía notar como Jesús trabaja muy de cerca con el Espíritu Santo, que son compañeros de ministerio. Un ministerio de un gran poder. ¿Cómo puede ser esto? Jesús se ha sometido completamente a la voluntad del Padre, siempre es dócil a Dios.
Michael nos recordaba que vivimos en un mundo caído y nos animaba de muchas maneras. En Filipenses 4:6-7 dice: «No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
Es interesante como ambos hablaban de someterse a Dios; uno resultó en poder y el otro en paz.
En mis reflexiones, me llamó la atención lo siguiente:
Juan 5:19 Jesús les dijo: ‘Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo‘.
Mateo 7:24-27 (Jesús dijo…) ‘Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina’
Para permitir que Dios nos use necesitamos caminar en fe. Es un riesgo en que entramos, un territorio desconocido y podemos tener miedo de lo que está por delante. Sin embargo podemos tener la certeza de que Dios está con nosotros y que al caminar por el camino que él nos indica se despliega su poder que podemos usar y su paz que llena nuestros corazones.
Dios está inspirándonos de tantas maneras con su Espíritu Santo y quiere que hagamos mucho más. Me maravillo al ver las formas en que Dios me ha inspirado y al escuchar cómo Dios está usando a otros miembros del Cordero de Dios, con pequeñas acciones o palabras que pueden tener un gran impacto en varias situaciones.
¿Buscas al Señor todos los días para permitir que el Espíritu Santo te use?
“Señor, pongo mi vida en tus manos y te devuelvo todo lo que me has dado. Señor, quiero ser tu siervo.»
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Mark Challies es el coordinador mayor de la Comunidad Cordero de Dios en Nueva Zelanda.