Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2025
18-25 de enero, 2025

Ella le dijo, “Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.”

Juan 11:27

Tabla de contenidos

Introducción

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es una oportunidad importante para que en la Espada del Espíritu oremos por la unidad de los cristianos de todo el mundo y de diversas tradiciones eclesiales. Trabajamos con materiales proporcionados por la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias en colaboración con el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica. Los hermanos de la comunidad monástica de Bosé, en el norte de Italia, fueron los encargados de preparar el material para el 2025. Este año, nuestro tema es «¿Crees esto?» (Juan 11:26), de la conversación de Jesús con Marta, la hermana de Lázaro.

Además, recordamos el 1700 aniversario del I Concilio Ecuménico de Nicea (actual Iznik, en Turquía) en el año 325. Este Concilio fue convocado para discutir la controversia sobre la naturaleza del Hijo de Dios, en particular su divinidad. Este argumento estaba causando división dentro de las comunidades cristianas y entre ellas.

En nuestro documento de La Espada del Espíritu titulado Vida y Orden Comunitarios, afirmamos que cada uno de sus miembros debe ser ortodoxo en sus creencias, lo que significa aceptar las verdades enunciadas en los credos de los Apóstoles y de Nicea. Así, consideramos los credos como una expresión de nuestra unidad en el Señorío de Jesucristo.

Las reflexiones después de la lectura diaria de las Escrituras serán de los Padres de la Iglesia, cuyos escritos influyeron en las creencias y doctrinas de los miembros que asistieron al concilio. Las selecciones proceden de autores griegos, latinos, siríacos y armenios. Esta será una oportunidad para conocer a algunos escritores con los que quizá no nos hayamos encontrado antes. Esperamos que este viaje juntos a través de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos aumente nuestra esperanza de una mayor unidad entre nosotros y entre el pueblo cristiano.

NOTA: En cinco de los días, hemos incluido intercesiones especiales por nuestras Regiones de la Espada del Espíritu, así como una oración por la unidad en las oraciones del Día del Señor.

Mensaje del presidente internacional

Queridos hermanos:

Cada semana, en toda la Espada del Espíritu, celebramos la Apertura del Día del Señor. En la oración después de la cena, decimos: «Oh Señor Dios nuestro, ten misericordia de tu pueblo que pertenece a tu Hijo y que es la morada de tu Espíritu. Concédenos que el pueblo cristiano en todo el mundo alcance la unidad por la cual oró Jesús la víspera de su sacrificio, y que los que pertenecemos a La Espada del Espíritu seamos un signo de esa unidad y un medio para su crecimiento.»

El llamado fundacional de la Espada del Espíritu es ser ecuménicos y, todavía más importante, que seamos un catalizador del ecumenismo y un medio para que este florezca en nuestras comunidades.

Conscientes de que, después de más de cincuenta años de existencia, los miembros de la EDE siguen siendo predominantemente católicos, y de que la gran mayoría de nuestras comunidades siguen siendo comunidades católicas de una sola confesión, el Señor nos ha llevado a incluir el ecumenismo como una importante prioridad estratégica de la Espada del Espíritu para los próximos años.  Se trata de un recordatorio del Señor sobre este elemento tan importante de nuestra vida como comunidad de comunidades.

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que celebramos todos los años en la Espada del Espíritu, debe tener un significado muy especial para nosotros. Animamos a todas nuestras comunidades, especialmente a las católicas, a que utilicen esta semana como punto de partida para hacer algo más significativo en este ámbito a lo largo del año.

 Las oraciones de este año han sido adaptadas de los materiales puestos a disposición por el Consejo Mundial de Iglesias y el Vaticano, y desarrolladas para su uso en la EDE por un pequeño equipo de hermanos de todas nuestras comunidades.  El tema principal de este año es: «¿Crees esto?». Este pequeño texto, tomado del Evangelio de Juan, es la pregunta que Jesús le hace a Marta después de que él declara ser la resurrección y la vida.  

Es también la pregunta que nos hace a cada uno de nosotros cuando lo seguimos como discípulos en misión.

Que la observancia de esta semana de oración nos conduzca a la unidad por la que oró Jesús.

Manny de Los Santos
Presidente Internacional de la Espada del Espíritu

Día 1: sábado 18 de enero de 2025

La paternidad del Dios que rige el universo

Lectura bíblica: 1 Corintios 8:5-6
Aunque haya los así llamados dioses, en el cielo o en la tierra (y por cierto que hay muchos «dioses» y muchos «señores»), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.

Lectura patrística de la tradición griega
Considera los misterios de la caridad, y entonces contemplarás el seno del Padre, a quien el Hijo Unigénito de Dios ha revelado. Dios mismo es amor, y a través del amor lo contemplamos. Ciertamente, lo inefable de Dios es ser Padre, pero en su compasión hacia nosotros se ha hecho madre. Clemente de Alejandría [c. 150-215], ¿Qué rico se salvará? 37:1-2 

Oración de respuesta
Te bendecimos, oh, Señor, Padre de las luces: de ti desciende todo bien y todo don perfecto. Tú has hecho el mundo y todo lo que contiene, tú eres el Señor del cielo y de la tierra. Tú creaste a todos los pueblos que habitan en la tierra. Para ellos estableciste el orden del tiempo y los límites del espacio. Padre misericordioso, en Jesús, tu Hijo, proclamaste la buena nueva del reino. Dios de todo consuelo, llámanos a seguirte. Afirma la obra de nuestras manos.

Intercesión
Padre celestial, te damos gracias por tu unidad, la unidad de la Trinidad.  Te pedimos que todos los cristianos busquen la unidad de corazón y mente, que es tu deseo para todo tu pueblo.  Te pedimos que nos guíes en nuestro esfuerzo por vivir tu unidad entre nosotros, y en nuestra oración por esa unidad esta semana.  Amén.

Oración del Día del Señor para la Semana de Oración
Líder: Démosle gracias de modo especial en este día por la unidad que disfrutamos en el Cuerpo del Cristo y por nuestro llamado a la vida ecuménica en La Espada del Espíritu. Que todos seamos perfectamente uno, para que el mundo conozca y crea. Señor Dios nuestro, tú nos estás conduciendo a la plenitud de la unidad mediante la obra de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. 

Grupo: Ahora vivimos con él por el Espíritu Santo, y aguardamos el día en que habitaremos con él en tu Reino para siempre.

Testimonio: Alex Kilpatrick

En mi niñez y adolescencia asistía a misa regularmente, pero mi fe católica no pasaba de ser algo de domingo por la mañana. En las semanas iniciales de mi primer año de universidad, llegué a sentirme cada vez más inseguro de por qué iba a misa. Pero, más adelante, un compañero y una compañera me invitaron a una reunión de oración de la Misión Cristiana Universitaria (UCO, por sus siglas en inglés). Ese semestre, estos nuevos amigos, presbiteriano y bautista, invirtieron en mí, me dieron testimonio y me incluyeron en sus vidas. Por medio de su amistad, amor y servicio en la misión, comencé a experimentar la alegría de conocer a Cristo personalmente y compartirlo con los demás. Por primera vez tomé la decisión de vivir como discípulo de Jesucristo.

Que mi hermano y hermana protestantes me ayudaran a entrar en una relación personal con Cristo fue solo el comienzo de muchas bendiciones en una comunidad ecuménica. Empecé a darme cuenta de que daba por entendidas muchas cosas de mi fe católica; pero la experiencia regular de compartir la vida, la oración y la misión con cristianos de otras tradiciones me ayudó a ver que necesitaba crecer en la comprensión de lo que creía como católico y por qué. Mi fe se ha fortalecido enormemente por mi experiencia en comunidad ecuménica. 

Mis amigos protestantes y ortodoxos tienden a enfatizar diferentes prácticas de piedad, diferentes perspectivas sobre la celebración de las fiestas cristianas, y hacen preguntas buenas y honestas sobre lo que creo (a veces exponiendo mi falta de conocimiento). Me han enseñado a amar las Escrituras y a entender el fundamento bíblico de lo que enseña mi iglesia. Veo que mis relaciones con otros cristianos me dan un nuevo corazón para la vida cristiana. Tengo un aprecio mucho más profundo por la evangelización, la lectura y el estudio de las Escrituras, la oración carismática espontánea y el discipulado. He sido desafiado a crecer en el Señor.

Día 2: domingo, 19 de enero de 2025

La creación como obra de Dios

Lectura bíblica: Génesis 1,1-5
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó «día» y a las tinieblas, «noche». Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el primer día.

Lectura patrística de la tradición griega:
Dios, que no puede ser visto con ojos humanos, se ve y se conoce gracias a su providencia y sus obras. Al igual que cuando alguien ve en el mar un barco completamente equipado entrando al puerto, asume que hay a bordo un piloto que lo conduce, así́ también hay que pensar que Dios pilotea todas las cosas, aunque no pueda ser contemplado con ojos carnales, porque es inabarcable.  Teófilo de Antioquía [siglo II], Ad Autolycus, I:5

Oración de respuesta
Te alabamos y te damos gracias, Dios de amor inquebrantable, por los grandes signos de tu favor y tu misericordia para con toda la creación. Tú has hecho todas las cosas. Tú las declaraste como buenas, porque tu Espíritu habita en todas ellas y te pertenecen, oh, Señor. Confesamos, oh, Señor, tu gloria en la inmensidad de los cielos estrellados del universo y en la más pequeña de las semillas de vida. Te damos gracias por las obras de tus manos y por la creación de todos los pueblos. Bendito seas por el aire que nos da la vida. Bendito seas por la tierra que nos alimenta. Bendito seas por el agua que sacia nuestra sed. Bendito seas por el fuego que nos calienta. Dando voz a toda la creación y recogiendo toda pena y alegría, te glorificamos y te damos gracias. Señor Dios, tú hiciste todas las cosas, y serán transfiguradas cuando las cubras con tu gloria.

Intercesión por Europa
Señor de los cielos, te pedimos que hagas más profundo en Europa el deseo de nuestro corazón de estar unidos a nuestros hermanos de todas las iglesias.  Te pedimos que nos des la gracia de acoger a los que son diferentes a nosotros, y de recibirnos unos a otros como hermanos en Cristo.  ¡Trae a nuestras comunidades hermanos de todas nuestras diferentes iglesias, clamamos a ti, oh, Señor!

Testimonio: Sue Heuver

La vida en la comunidad ecuménica y en la Región de Norteamérica me ha traído maravillosas amistades con hermanos y hermanas de muchas tradiciones cristianas. Cada una de ellas ha enriquecido mi propio camino con Dios.

Cuando oré con Debbie, una cristiana ortodoxa, me conmovió su reverencia y la forma en que comenzó su oración con arrepentimiento proclamando el Salmo 51. Donna y Jeanne, dos mujeres católicas, me animaron cuando cada una dedicó años a cuidar desinteresadamente a miembros de su familia durante enfermedades debilitantes. Deena, una cristiana de la Iglesia Reformada, me inspiró a enraizarme en la palabra de Dios, estudiando las Escrituras, y a dar prioridad a mi matrimonio y a mi familia mientras servía en mi comunidad y en mi parroquia. Mike, un bautista, se acercó a mi marido por medio de la agricultura, la maquinaria pesada y el servicio a los pobres. Nuestros hijos sirvieron con Mike en viajes misioneros y volvieron a casa agradecidos y llenos de energía por ayudar a la gente necesitada. 

Jennifer, una hermana luterana de mi propia comunidad, se ha convertido en una amiga querida y de confianza. Empezamos dando paseos, llevando a los niños en sus cochecitos e intercambiando intenciones de oración. Hemos llegado a confiar la una en la otra en nuestro servicio y en nuestra vocación como esposas y madres. En medio de nuestras diferentes creencias y prácticas, celebramos juntas la adopción de su hijo, las primeras comuniones, las bodas y las confirmaciones. Hemos compartido las alegrías y las penas de la vida. Es «para tiempos como estos» que Dios nos trajo a la comunidad ecuménica, ¡y ha sido muy bueno!

Algún día, la oración de Jesús, «que todos sean uno», se cumplirá plenamente. Nos uniremos a creyentes de todas las naciones, razas, tribus y lenguas para alabar a nuestro Dios, que nos salvó por su muerte y resurrección. Ese día, compartiremos plenamente los dones que nuestros hermanos y hermanas aportan al cuerpo de Cristo.  Por medio de mis amistades ecuménicas, ¡he gustado y he visto!

Día 3: lunes 20 de enero de 2025

La Encarnación del Hijo

Lectura bíblica: Juan 1,1-14
En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla. Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo. El que era la luz ya estaba en el mundo y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre.

Lectura patrística de la tradición armenia
Tomó sobre sí todas las pasiones humanas, excluyendo el pecado. Es decir: pasó hambre el que alimenta a todos los vivientes. Tuvo sed el que da el agua de la vida a todos los creyentes. Sintió́ cansancio el que es descanso de todos los fatigados. Durmió́ el que siempre mantuvo a Israel vigilante. Lloró el que enjugó las lágrimas de todos los ojos … Él tomó nuestro cuerpo sufriente, de manera que el impasible padeciera con un cuerpo sufriente, y el inmortal muriera con cuerpo mortal para liberarnos a nosotros, que somos culpables. Gregorio de Skevra [siglos XII/XIII], Sobre la fe autentica y la conducta pura en las virtudes, 15-17  

Oración de respuesta
Tú has compartido nuestra vida en todas las cosas; has muerto como todos morimos. Hijo de David, esperado por los justos y los profetas, has anunciado la Buena Nueva a los pobres; has proclamado el tiempo de gracia del Señor. Viniste a romper las cadenas de la esclavitud; pasaste haciendo el bien; abriste para todo el camino hacia Dios. Viniste al mundo en la debilidad y la pobreza; has confundido a los soberbios con tu humildad; has llevado a ti a los cansados y agobiados. Tú eres el Cordero de Dios y nuestro Pastor, el Siervo de Dios y nuestro Señor: te hiciste pecado por nosotros, nuestro Redentor. 

Intercesión por el Medio Oriente
Señor de todo, en el Medio Oriente te pedimos que, a pesar de los problemas y pruebas actuales, y en medio de ellos, nos lleves a aprender a amarnos más unos a otros y a verte en los demás.  Profundiza nuestro deseo de explorar la riqueza y la belleza de las diferentes partes de la Iglesia y de encontrar formas de unirnos, mientras buscamos tu unidad, para servir a nuestras iglesias.  Amén.

Testimonio: Alain Dibo

Me llamo Alain Dibo. Soy casado, tengo dos hijos y formo parte de la Comunidad Pueblo de Dios en el Líbano. Nací en una familia ortodoxa, pero como no había ninguna iglesia ortodoxa cerca, crecí asistiendo a una parroquia y una escuela católicas.

En mi adolescencia, empecé a asistir solo en ocasiones especiales, manteniendo esa pauta durante toda mi vida adulta, especialmente durante los 16 años que viví y trabajé en el extranjero. Todo cambió a los 37 años, cuando, mientras vivía en Ámsterdam y visitaba el Líbano, me encontré con la Comunidad Pueblo de Dios. Por medio de sus reuniones, experimenté una profunda transformación cuando el Espíritu Santo tocó mi vida. Con el tiempo, sentí que Dios me llamaba a volver al Líbano y a comprometerme con una vida de discipulado en mi país de origen.

Mi vida espiritual floreció dentro de la Iglesia Católica, la tradición que siempre había conocido. Luego, durante mi tercer año de formación comunitaria, algunos hermanos católicos de la comunidad me animaron a interesarme de nuevo en mis raíces ortodoxas. Al principio dudé, pero decidí honrar esta invitación, aunque no estaba familiarizado con la Liturgia Ortodoxa. 

Durante los tres primeros meses, asistir a la Iglesia Ortodoxa me resultaba extraño. Iba al servicio ortodoxo por la mañana y a la Iglesia Católica por la noche. Durante la Cuaresma, recorría largas distancias en carro para reunirme con hermanos ortodoxos de otra parroquia que me explicaban la liturgia, ayudándome a descubrir poco a poco la belleza del culto ortodoxo. Seis meses después, nuestra familia empezó a encontrar la alegría en nuestras raíces ortodoxas. Establecimos fuertes vínculos con nuestro sacerdote y nuestra comunidad parroquial. 

Este recorrido también reveló la dolorosa realidad de la división entre las Iglesias Ortodoxa y Católica. En verano, cuando íbamos a las montañas de vacaciones, estábamos lejos de la iglesia ortodoxa más cercana. Me resultaba difícil estar lejos de nuestra parroquia, sobre todo de la Eucaristía. Llamé a nuestro sacerdote y le pregunté si podía recibir la Eucaristía en la Iglesia Católica. Reconoció la herida de la división entre nuestras iglesias -una herida que sólo puede curarse a un nivel superior- y me animó a abrazar este dolor absteniéndome de recibir la Eucaristía; a orar por esta unidad, reconociendo nuestro sufrimiento compartido y nuestro anhelo de reconciliación.  

Hoy, estoy profundamente agradecido por el aliento de los hermanos de la comunidad y por la vida ecuménica que vivimos en ella. Experimentar la riqueza de la Tradición Ortodoxa y Católica ha sido una profunda bendición que ha aumentado mi aprecio por la unidad que todos compartimos en Cristo. Oro fervientemente por la unidad de su Iglesia, para que podamos compartir y apreciar juntos la riqueza de nuestras diferentes expresiones de fe.

Día 4: martes 21 de enero de 2025

Pasión, muerte y resurrección de Jesús

Lectura bíblica: Salmo 16,5-11
Tú, Señor, eres mi herencia y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi porción. Bellos lugares me han tocado; ¡preciosa herencia me ha correspondido! Bendeciré al Señor, quien me aconseja; aun de noche mi corazón se instruye. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra y se regocijan mis entrañas; mi cuerpo también vivirá confiado. No me abandonarás en los dominios de la muerte; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel. Me has dado a conocer el camino de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia y de dicha eterna a tu derecha.

Lectura patrística de la tradición latina: 
Dios Padre, por su inmensa misericordia, envió a su Verbo creador, el cual, al venir para salvarnos, estuvo en los mismos lugares, en la misma situación y en los mismos ambientes donde nosotros habíamos perdido la vida. Y rompió́ las cadenas que nos tenían prisioneros. Apareció su luz e hizo desaparecer las tinieblas de la prisión y santificó nuestro nacimiento y abolió la muerte, deshaciendo aquellos mismos lazos que nos habían encadenado. Ireneo de Lyon [c. 135-198], Demostración de la predicación apostólica, 38

Oración de respuesta
Bendito seas, oh, Cristo, Primogénito de toda la creación, coronado de gloria y honor. a tu nombre se doblará toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo, y toda lengua proclamará que tú eres el Señor. Nos alegramos y te cantamos alabanzas a ti, oh, Cristo, amado Hijo del Padre: tú eres el Resucitado, y nos llamas a vivir en ti. Te adoramos, te glorificamos, porque tú eres Rey de reyes y Señor de señores y has abierto para nosotros el Reino de los Cielos. Te damos gracias en todo momento y bendecimos tu Nombre; tú estás con nosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Intercesión
Dios misericordioso, te damos gracias por las muchas maneras en que has guiado a tu Iglesia para que esté más unida, particularmente durante estos últimos cerca de sesenta años. Te damos gracias también por los hombres y mujeres que han dado un paso al frente para llevarnos hacia una mayor unidad.  Te pedimos ahora que suscites una nueva generación de líderes, inspirados y dotados para continuar tu obra de ecumenismo en todo el mundo.  Amén.

Testimonio: Emilio Rivera

Me llamo Emilio Rivera, soy cristiano evangélico y desde niño asisto a una iglesia Pentecostal. Quiero compartir algo muy importante y nuevo que Dios hizo en mi vida hace un tiempo, al llamarme a formar parte de la comunidad Árbol de Vida, una comunidad ecuménica en Costa Rica.

Mi familia nuclear es evangélica, aunque el resto de mis parientes son católicos. Por experiencias negativas con algunos de ellos y la manera en que expresaban su catolicismo, llegué a formarme una idea errónea sobre los católicos. Los roces familiares surgidos por temas denominacionales y por ignorancia fortalecieron esta percepción.  Cuando comparaba mi vida cristiana y mi compromiso eclesial con la vida de mis parientes, llegué a pensar que ellos quedaban debiendo, mientras que yo sí vivía mi cristianismo de la manera correcta.

Pero mi vida dio un giro cuando conocí el movimiento Cristianos en Marcha. En este movimiento llegué a conocer a universitarios católicos que tenían una relación y una experiencia de Dios mucho más real que lo que yo estaba acostumbrado a presenciar en mi contexto cercano. Veía, con mucha alegría y esperanza, a católicos y evangélicos compartir con amor fraterno un mismo espacio de oración y culto.

Poco después, sentí que el Señor estaba llamándome a pertenecer a la comunidad y abrazar ese modo de vida. Esto implicaba resolver ciertos retos, pues servía bastante en mi iglesia y ahí “tenía todo lo que necesitaba”. Veía difícil dividir mi tiempo en ambos lugares. Pero, un día en que asistí a una misa con mis amigos católicos del movimiento, Dios usó el mensaje del sacerdote para confirmar mi llamado y tomar la decisión. 

Vivir en una comunidad de alianza ha sido una verdadera bendición y una de mis mejores decisiones. Apreciar la dimensión ecuménica en mi vida cristiana, la manera en que los católicos expresan su fe y se acercan a Dios, es algo que, como evangélico, atesoro en mi corazón.

Día 5: miércoles 22 de enero de 2025

El Espíritu Santo, dador de vida y alegría

Lectura bíblica Ezequiel 36,24-28
Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos y los haré regresar a su propia tierra. Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías. Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes. Vivirán en la tierra que di a sus antepasados; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.  

Lectura patrística de la tradición siríaca
No es correcto decir que el Espíritu desaparece cuando pecamos y que retorna cuando nos convertimos … ¿De qué sirve que él me habite después de haber llegado a ser justo? Si en el momento de la caída no habita en mí, no me da una mano y no me levanta, ¿cómo sentiré́ su ayuda? ¿Qué médico, cuando ve a un enfermo que padece, lo deja y lo abandona, para ir a verlo cuando esté sano? ¿No es más útil que el médico esté con el paciente en el momento de su enfermedad? Filoxeno de Mabbug [c. 440-523], Sobre la morada del Espíritu Santo

Oración de respuesta
Tú eres el Espíritu insuflado sobre el rostro de Adán que transforma la carne en un ser vivo.  Tú eres el Espíritu dado por el Resucitado: nuestros pecados han sido perdonados. Tú eres el Espíritu enviado en Pentecostés: abriste el camino para que el Evangelio llegara a todos los hombres. Tú eres el Espíritu que alienta nuestra oración: somos sostenidos por el amor de Dios.  Tú eres el Espíritu de Dios derramado sobre los muertos: los sepulcros se abrirán y los muertos resucitarán.

Intercesión por Norteamérica
Padre Celestial, renueva nuestra fe en ti y haznos uno en tu amor. Te presentamos hoy a los miembros, las comunidades y las misiones de la Región de Norteamérica de la Espada del Espíritu. Bendice a las comunidades ecuménicas, a las comunidades de una sola tradición, a las diversas misiones universitarias y a los esfuerzos de construcción de comunidades de todos. Bendice los esfuerzos por unir a los grupos de adultos jóvenes de la Región de Norteamérica, especialmente a través del trabajo de Kairós. Que todos los miembros de la Región acojan con alegría nuestro llamado particular y el don del ecumenismo. Llevamos este día y esta semana a tu presencia, por Jesucristo, tu Hijo unigénito, en la comunión del Espíritu Santo. Amén.

Testimonio: Stacey Barajas

 Me llamo Stacey Barajas. Crecí en una comunidad ecuménica, La Obra de Cristo, en Lansing, Michigan, formada por cristianos ortodoxos, protestantes y católicos. Mi esposo Francisco es mexicano y tenemos tres hijos bilingües.

Enseño español y culturas mexicanas en la Universidad del Estado de Michigan, en East Lansing, Michigan, donde mi comunidad tiene un capítulo activo del Movimiento Cristiano Universitario (UCO, por sus siglas en inglés). Como se pueden imaginar, todo el tiempo estoy traduciendo y moviéndome de un lado a otro entre dos idiomas y dos culturas diferentes.  A menudo, esto me recuerda lo que podemos experimentar como miembros de una comunidad ecuménica.  

Crecí en un vecindario comunitario. Entre las familias había una gran mezcla de protestantes y católicos. Y de niños, nosotros preguntábamos y comentábamos mucho sobre las diferencias en las tradiciones y prácticas de nuestras iglesias.  

Antes de tener la edad suficiente para entender las diferencias importantes que existen entre los cristianos, o para lamentar el quebrantamiento que existe en el cuerpo de Cristo, experimenté el amor y la unidad en el poder del Espíritu Santo. Más tarde, como adolescente y joven adulta, recibí muchas enseñanzas útiles sobre el ecumenismo.  Una experiencia divertida con esto se dio en mi casa de mujeres del MCU en la universidad. Éramos hermanas protestantes, católicas y ortodoxas viviendo juntas, ¡así que hicimos y usamos tres coronas de Adviento diferentes! 

Hoy día, me siento preparada para transitar cultural y lingüísticamente en diferentes ambientes, algunos con solo personas de mi tradición católica y otros no.  Tuve un estudiante Ortodoxo Ruso en mi clase de Culturas Mexicanas que hizo comparaciones fascinantes entre el catolicismo mexicano y la fe ortodoxa rusa. Por mis experiencias comunitarias pude entender y afirmar sus contribuciones a nuestras discusiones en clase. 

Atesoro enormemente la vida internacional, intercultural y ecuménica de La Espada del Espíritu. Mi vida es más rica por ello, personal y profesionalmente.

Día 6: jueves 23 de enero de 2025

La Iglesia, comunidad de fieles

Lectura bíblica: Efesios 4,1-6
Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.

Lectura patrística de la tradición latina
La iglesia es una, aunque se extiende ampliamente en una multitud por el crecimiento de su fecundidad, como también son muchos los rayos del sol, pero una sola es la luz, y son muchas las ramas del árbol, pero uno solo es el tronco enraizado fuertemente en la tierra … de la misma forma la Iglesia, llena de la luz del Señor, esparce sus rayos por todo el mundo, y, sin embargo, la luz que se difunde por todas partes es una sola; y no se divide la unidad del cuerpo, extiende sus ramas con fructífera abundancia por toda la tierra. Cipriano de Cartago [c. 210-258], La unidad de la Iglesia, 5

Oración de respuesta
En el sepulcro vacío, confiaste la noticia de tu resurrección a las mujeres: libra del temor a todos los mensajeros del Evangelio. En el camino de Emaús, explicaste la ley y los profetas a los discípulos: abre nuestro entendimiento para comprender las Escrituras. En el cenáculo, diste a tus amigos el don de tu paz: ayúdanos a mantener esta paz con nuestro amor mutuo. A orillas del lago, designaste a Pedro como pastor de tu rebaño: sostén con tu Espíritu a los líderes de nuestras comunidades. En la montaña, reuniste a los discípulos dispersos antes de volver al Padre: da unidad en la fe y en la caridad a los que creen en ti.

Intercesión por la Región Iberoamericana
Dios, Padre misericordioso, danos la gracia de abrir de par en par nuestras puertas en Latinoamérica y la Península Ibérica a los que acojan la oportunidad de formar parte de esta comunidad ecuménica de comunidades, la Espada del Espíritu. Danos la gracia de abrir nuestros corazones para recibir a los que nos traigas y que podamos cumplir tu llamado de ser uno. Ayúdanos, Señor, a tener la sabiduría para poder trabajar con nuestras iglesias, a fin de que nuestra vocación y esfuerzos por ser ecuménicos sean bien recibidos y apoyados por nuestros obispos y líderes. Amén.

Testimonio: Esteban López

Me llamo Esteban López. Soy miembro de la comunidad Árbol de Vida y asisto a una iglesia evangélica pentecostal en Costa Rica. El amor de mis padres, y su búsqueda de Dios en diversos y lugares, me prepararon para mi vida cristiana y para el ecumenismo que luego encontraría en la misión universitaria de la comunidad.

Mi padre, cuando joven, había buscado a Dios con los Testigos de Jehová. Cuando él tenía quince años mi abuelo paterno murió y, entonces, unos religiosos católicos lo guiaron en la fe. Mi madre, católica de crianza, provenía de una familia de pescadores en el Pacífico Sur costarricense. Años después, a partir de un encuentro evangélico de renovación, mis padres se casaron y decidieron hacerse miembros de una iglesia evangélica. Ahí, he abrazado junto con ellos mi compromiso con Cristo.

En un momento dado, me resentí con mi iglesia, culpando a todo el sistema de manipular mi fe. Pero en medio de esa lucha, Dios reorientó mi corazón hacia la profundidad de quien es él. Fui invitado a una noche de hombres del grupo universitario de Árbol de Vida, donde, en presencia de católicos supuestamente ajenos al pentecostalismo, experimenté una familiaridad inesperada. ¿Cómo era posible que estando en un ambiente totalmente diferente al mío, pudiera yo percibir al Espíritu Santo manifestándose en mí y en ellos? Algo bueno y de Dios estaba ocurriendo. Esta experiencia carismática y ecuménica, me llevó a desear de nuevo recibir todo lo que Dios me ofrecía, incluyendo la unidad con cristianos de otras iglesias en una comunidad de alianza. 

Así comenzó mi caminar ecuménico y ha sido así hasta hoy. En medio de las diferencias, Cristo es la fuente de la unidad y su Espíritu me guía a avanzar humildemente con otros hermanos hacia Dios. A él no lo atamos con las divisiones existentes, y sigue invitándonos al banquete de la unidad en Cristo.

Día 7: viernes 24 de enero de 2025

El bautismo en la muerte y resurrección del Señor

Lectura bíblica: Mateo 28,16-20
Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. Jesús se acercó entonces a ellos y dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”

Lectura patrística de la tradición griega
¡Tales son la grandeza y el poder de la fe en Cristo, tanta la majestad de su gracia! De modo semejante a como el fuego, en contacto con mineral aurífero, al momento saca oro de él, así́ e incluso más, el Bautismo hace que las criaturas de arcilla que son por él lavadas, al descender sobre sus almas el Espíritu Santo en forma de fuego como aquella otra vez, destruya la vieja imagen plasmada en la arcilla y cree otra nueva, celestial, espléndida y refulgente como el oro recién salido del crisol. Juan Crisóstomo [c. 350-407], Homilía sobre el Evangelio de san Juan, X,2

Oración de respuesta
Por habernos llamado a la fe en el bautismo, por la comunión que compartimos en la Nueva Alianza, por tu presencia en la Santa Iglesia, te damos gracias, oh, Señor, y bendecimos tu nombre. Por el testimonio de los cristianos perseguidos, por el sufrimiento de su martirio, por su participación en la pasión de Cristo, te damos gracias, oh, Señor, y bendecimos tu nombre. Por todos los servidores de la comunión, por los que oran y trabajan por la reconciliación de las Iglesias, por los que ofrecen su vida por la unidad, te damos gracias, oh, Señor, y bendecimos tu nombre.

Intercesión por Asia
Señor y Rey de Reyes, ayúdanos, te lo pedimos, a encontrar cristianos protestantes y ortodoxos que tengan un corazón ecuménico y un deseo de comunidad. Danos la gracia de acogerlos, y de ver que los necesitamos como ellos nos necesitan, para cumplir tu llamado a que seamos una comunidad ecuménica de comunidades aquí en Asia. Amén.

Testimonio: Pili Galvan

Me llamo Pili Galván y crecí en la Comunidad Incienso de Dios en Xalapa, México. Mi esposo, Ghassan Abouchaar, creció en la Comunidad Pueblo de Dios en el Líbano. Ahora vivimos en la Comunidad Obra de Cristo en Lansing, Michigan, con nuestros dos hijos, Lucía y Nicolás.

Muchos pensaron al principio que nuestra relación era un poco loca. ¿Un libanés católico melquita y una mexicana católica romana? Aprendimos que la Espada del Espíritu era nuestra cultura común; una que ambos entendíamos.

Durante nuestro noviazgo, aprendí sobre nuestras diferencias como católicos de las tradiciones melquita y romana. Por ejemplo, en la Iglesia melquita, los niños comulgan en cuanto son bautizados, y puede haber sacerdotes casados. Nos dimos cuenta de que necesitábamos aprender más sobre las tradiciones de nuestra propia Iglesia, al tiempo que aprendíamos a aceptar las de la otra. 

A lo largo de los años he asistido a muchas bodas melquitas en el Líbano, y siempre me han parecido unas ceremonias muy bonitas. Hay mucho simbolismo y los novios participan activamente en la ceremonia, aunque no hagan votos. Las bodas son muy solemnes.

Sin embargo, como las oraciones eran siempre en árabe, ¡nunca pude entenderlas! 

No fue hasta que asistí a la boda de un querido amigo ortodoxo de la comunidad en Michigan, que todo tuvo sentido para mí. Los ortodoxos comparten muchas cosas con los católicos melquitas, especialmente en lo que se refiere a las ceremonias y la liturgia. La boda fue como una boda melquita, con muchos de los mismos símbolos, oraciones y cantos. Tuve la suerte de que estuvieran en inglés, y pude entender la profundidad de las oraciones ofrecidas por los recién casados. 

Una vez más, me sorprendió la enorme bendición de la riqueza intercultural y ecuménica que tenemos en la Espada del Espíritu. He vivido con hermanos y hermanas de otras culturas y otras iglesias; tenemos la Espada del Espíritu como cultura común, y al Señor que nos une.

Día 8: sábado 25 de enero de 2025

A la espera del Reino y de la vida futura

Lectura bíblica: Apocalipsis 21,1-4
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: “¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte ni llanto, tampoco lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir”.

Lectura patrística de la tradición siríaca:
Respira la vida futura de Dios que, en esta creación, vive en el amor. Ya aquí́ en este mundo respira el aire del nuevo nacimiento. En este mismo aire, encontrarán sus delicias los justos en la resurrección. El amor: este es el Reino al que aludía nuestro Señor cuando prometía a los apóstoles místicamente que comerían en su Reino: “Comeréis y beberéis en la mesa de mi Reino”. ¿Qué es lo que comerán, si no es el amor? Es suficiente el amor para alimentar al hombre en lugar de comida y bebida. Este es el vino que alegra el corazón del hombre. ¡Bienaventurado aquel que ha bebido de este vino!  Isaac de Nínive [siglo VII], Primera Colección, Discurso 43, 5-6

Oración de respuesta
Oh, Cristo Señor, que por nosotros te hiciste pobre y que prometes que los pobres heredarán el Reino de los Cielos, tú nos llenas de tus riquezas. Oh, Señor Jesús, manso y humilde de corazón, que revelas un mundo nuevo a los que confían en ti, tú nos das tu plenitud. Oh, Cristo Señor, que te arrodillaste y oraste con el rostro en tierra, tú que en la tristeza trazaste un camino de consuelo, eres la alegría que nada ni nadie puede quitarnos. Oh, Señor Jesús, que derribas a los gobernantes y a los poderosos y que vistes a los pacificadores con un manto glorioso, tú nos transformas a tu imagen. 

Intercesión
Dios amoroso, nos deleitamos en ser tus criaturas y en saber que amas a todos los que has creado.  Te pedimos que nuestra unidad, la unidad por la que hemos orado esta semana, la unidad que se expresa en el amor desinteresado de unos por otros, sea un fuerte testimonio de tu amor por toda la humanidad.  Oramos para que este testimonio lleve a muchos a conocerte como su amoroso creador y Padre, y su bondadoso Señor.  Maranatha, ¡Ven Señor Jesús!

Oración del Día del Señor para la Semana de Oración
Líder: Démosle gracias de modo especial en este día por la unidad que disfrutamos en el Cuerpo del Cristo y por nuestro llamado a la vida ecuménica en La Espada del Espíritu. Que todos seamos perfectamente uno, para que el mundo conozca y crea. Señor Dios nuestro, tú nos estás conduciendo a la plenitud de la unidad mediante la obra de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. 

Grupo: Ahora vivimos con él por el Espíritu Santo, y aguardamos el día en que habitaremos con él en tu Reino para siempre.

Juan 11:17-27

A su llegada, Jesús se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros de distancia, y muchos judíos habían ido a casa de Marta y de María a darles el pésame por la muerte de su hermano. Cuando Marta supo que Jesús llegaba, fue a su encuentro; pero María se quedó en la casa. —Señor —dijo Marta a Jesús—, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas. —Tu hermano resucitará —le dijo Jesús. —Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final —respondió Marta. Entonces Jesús dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? Marta dijo: —Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.

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