Esta vida maravillosa es una vida de alianza. Nuestro modo de vida se describe en nuestra alianza comunitaria y se hace realidad cuando somos fieles a ella.
La cabeza de la orden terrenal de los poderes angélicos, a quien Dios había encomendado la tarea de velar por la tierra, no era mala por naturaleza, no había recibido ni una traza de maldad de su creador.