El don gratuito del Espíritu Santo es el resultado de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús al cielo, donde reina con el Padre en la gloria. El Padre derramó el Espíritu Santo sobre los primeros discípulos de Jesús en la fiesta de Pentecostés (Hechos 2). Jesús dijo a sus discípulos que todo el que pida al Padre con fe recibirá el don del Espíritu Santo (Lucas 11:13). Esto es el cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento de que llegaría un momento en que Dios derramaría su Espíritu sobre toda la carne (Joel 2:28). 

El don del Espíritu Santo no se limita a unos pocos, sino que está disponible para cada creyente y discípulo de Jesucristo, en cada tierra, cada cultura y cada lugar de la faz de la tierra.

¿Cuál es la función esencial y única del Espíritu Santo para los cristianos de hoy? ¿Y qué podemos esperar recibir cuando pedimos al Padre el don del Espíritu Santo? 

¿Por qué necesitamos estar llenos del Espíritu Santo?

Las Escrituras nos presentan muchos atributos del Espíritu Santo y las razones por las que debemos desear siempre estar llenos del Espíritu Santo:

  1. El Espíritu Santo es el dador de vida – nos llena de la abundante vida sobrenatural que viene de Dios.
  2. El Espíritu Santo es nuestro guardia, defensor y escudo de la fe 
  3. El Espíritu es el baluarte de la verdad que nos guía y enseña toda la verdad
  4. El Espíritu es el dador de conocimiento y entendimiento
  5. El Espíritu es el dador de la sabiduría y el consejo
  6. El Espíritu es el dador de justicia que nos ayuda a hacer lo que es justo y bueno
  7. El Espíritu es el dador de discernimiento que nos libera de la ignorancia, el error y la equivocación
  8. El Espíritu es el dador del poder, la fuerza y la fortaleza que vienen de lo alto
  9. El Espíritu realiza obras poderosas y milagros en y a través de nosotros
  10. El Espíritu es el dador de profecía, revelación, visión y señales
  11. El Espíritu es el dador del temor y la reverencia a Dios 
  12. El Espíritu es el fuego consumidor y el calor de la presencia Dios
  13. El Espíritu es nuestro guía que nos conduce y dirige para hacer la voluntad de Dios
  14. El Espíritu Santo es el fuego purificador que nos limpia de la culpa y el pecado
  15. El Espíritu Santo es nuestro santificador que nos hace santos como Dios es santo
  16. El Espíritu de gloria nos transforma de un grado de gloria a otro
  17. El Espíritu de fortaleza nos infunde confianza, audacia y valor
  18. El Espíritu es el dador y el poder del amor eterno y la compasión desbordante
  19. El Espíritu es el poder del perdón y la misericordia que nos muestra el camino de la misericordia
  20. El Espíritu de la mansedumbre nos hace mansos y gentiles de corazón como el corazón de Jeus
  21. El Espíritu de humildad nos hace servidores como Jesús sirvió humildemente y de buena gana
  22. El Espíritu de esperanza nos da paciencia, longanimidad y perseverancia
  23. El Espíritu de disciplina y autocontrol nos ayuda a crecer en el autodominio y la madurez
  24. El Espíritu es el dador de la paz que sobrepasa todo entendimiento
  25. El Espíritu es el dador de la alegría, la felicidad y el gozo
  26. El Espíritu es el ancla y la esperanza del cielo que hace que nuestra esperanza crezca fuerte y firme
  27. El Espíritu es nuestro intercesor, que conoce nuestras necesidades y nos muestra por qué debemos orar.
  28. El Espíritu ora en y a través de nosotros y nos da el don de lenguas y el don de alabanza 
  29. El Espíritu nos llena de generosidad y magnanimidad
  30. El Espíritu es una luz que nos guía cuando estamos perdidos, confundidos o perplejos
  31. El Espíritu es nuestra zarza ardiente y columna de fuego que arde constantemente en nuestro interior
  32. El Espíritu hace de nosotros un tabernáculo y un templo de la presencia de Dios
  33. El Espíritu es el poder y la fuerza de los santos
  34. El Espíritu es el poder y la fuerza de los misioneros
  35. El Espíritu es el poder y la fuerza de los mártires
  36. El Espíritu Santo es nuestro Ayudante, Consolador y Abogado.

Dios quiere «derramar su Espíritu sobre toda carne» (Joel 2:28). Ese ha sido su plan desde el principio y es su voluntad para nosotros hoy. Podemos ignorar o resistir la oferta de Dios de llenarnos con su Espíritu Santo, o podemos pedir al Padre que nos llene con el don del Espíritu Santo (Lucas 10:11).

Dios es Espíritu: sólo podemos conocer y experimentar su presencia y su poder en su creación, en su pueblo y en nuestra vida personal mediante el don y la acción de su Espíritu Santo. Dios quiere que cada uno de nosotros lo conozca personalmente y por experiencia como nuestro Padre en el cielo.

Sólo podemos conocer a Dios personal y vivencialmente como nuestro Padre a través de su Espíritu. Esta es la obra suprema del Espíritu Santo, que da testimonio con nuestro espíritu de que Dios es nuestro Padre, que vive en nosotros, que hace su casa con nosotros y que permanece con nosotros.

Podemos conocer personal y vivencialmente el amor de Dios por nosotros a través del don del Espíritu Santo. Dios derrama su amor en nuestros corazones a través del don del Espíritu Santo (Romanos 5:5).  Que este artículo te inspire a pedirle al Padre que te dé el don y la liberación total del Espíritu Santo y que renueve en ti los dones de fe, esperanza y amor y los dones espirituales que nos equipan para una misión efectiva y un crecimiento en la vida santa para Jesucristo. 


Don Schwager es un miembro de los Siervos de la Palabra y es el editor de La Palabra Diaria. Este artículo fue adaptado de El Baluarte Viviente edición de junio-julio 2015. Usado con permiso.