– Don Schwager, editor de “La Palabra Diaria: lecturas y meditaciones”, nos ofrece un ejemplo de cómo empaparse de las palabras del Señor y nos da una oportunidad de considerar nuestra propia disposición interna.

Pasaje bíblico: Colosenses 3:16-17

“Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza; instrúyanse y amonéstense con toda sabiduría, canten agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo cuanto hagan, de palabra y de boca, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre.”

Reflexión del versículo 16: “Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza”
repita lentamente en voz alta el pasaje: la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Haga una pausa y reflexione en cada una de las palabras clave de este versículo:

  • La palabra “que” en una oración condicional infiere un significado de permitir, de dar permiso. ¿Le doy permiso personalmente al Señor todos los días de cambiar mi modo de pensar, juzgar, hablar y actuar de acuerdo con su palabra, su mente, su corazón y su voluntad para mi vida?
  • La “palabra de Cristo” no es meramente palabra escrita, sino una palabra que se vive personalmente. Seguir y servir la Palabra implica primero escuchar a Cristo y dejarse enseñar por Cristo. Un discípulo nunca deja de escuchar, de aprender y crecer en la mente de Cristo. “Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos” (Isaías 50:4) ¿Le pido al Señor que abra mis oídos para escucharlo hablarme y guiarme en mi oración, mi estudio y mi meditación de su palabra, especialmente cuando estoy distraído o preocupado?
  • La expresión “habite en ustedes” significa que sea su constante compañía, a quien nunca abandonen ni se aparten. “y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gálatas 2:20). ¿La palabra de Cristo es mi compañera constante, mi sustento y mi pan de cada día (alimento)? ¿Me relaciono con ella como si mi vida dependiera de ella?
  • La expresión “riquezas” significa nuestro tesoro, nuestro porción, el gozo de nuestro corazón y nuestro trabajo. “Dame la vida conforme a tu palabra. Tus mandamientos son mi herencia por siempre, ellos son la alegría de mi corazón.” (Salmo 119:107, 111). ¿Cómo querrá el Señor hacerme crecer en amor por su palabra y encontrar gozo en vivirla y comunicársela a mis hermanos y a los demás?

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Don Schwager es un miembro de Los Siervos de la Palabra y el autor del sitio La Palabra Diaria: lecturas y meditaciones.