Mateo 2:2 “Hemos visto su Estrella en el Oriente.”

Levántanos y atráenos a tu luz perfecta.

Lectura:

Su gracia… se ha revelado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús.

2 Timoteo 1:7-10

Reflexión: 

En este mundo frágil e incierto, buscamos una luz, un rayo de esperanza en la distancia. En medio del mal, anhelamos la bondad. Buscamos el bien dentro de nosotros mismos, pero tantas veces nos abruma nuestra debilidad que la esperanza nos falla. Nuestra confianza descansa en el Dios que adoramos. En su infinita sabiduría, Dios nos permitió mantener la esperanza de una intervención divina; sin embargo, no imaginábamos que la intervención de Dios sería una persona y que el Señor mismo sería la luz en medio de nosotros. Esto superó todas nuestras expectativas. El don de Dios para nosotros es un «espíritu de poder y de amor» y, somos impulsados hacia el camino de esta luz perfecta, no por confiar en nuestra propia fuerza y capacidad, sino por el Espíritu Santo de Dios. 

La estrella de oriente brilló en medio de las tinieblas de la humanidad; en ella, vemos una luz que penetra en lo más profundo de las tinieblas que nos dividen. La luz de la estrella no solo fue una iluminación en un momento histórico preciso, sino que sigue brillando y cambiando el curso de la historia. A lo largo de los tiempos y desde que la estrella apareció por primera vez, el mundo ha conocido a través de las vidas de los seguidores de Cristo, la esperanza que inspira el Espíritu Santo. Estos dan testimonio de la obra de Dios en la historia y de la presencia permanente del Espíritu Santo. A pesar de las circunstancias cambiantes de la historia, el Resucitado sigue brillando, moviéndose dentro del flujo de la historia como un faro que guía a todos hacia esta luz perfecta y supera la oscuridad que nos separa a unos de otros. En la Espada del Espíritu, nuestro deseo de vencer a las tinieblas que nos separan, nos exhorta a orar y a trabajar por la unidad de los cristianos. 

Oración: 

Padre celestial, ilumina nuestro camino con la luz de Cristo que se manifiesta ante nosotros y nos guía. Ilumínanos y mora en nosotros. Creador de la luz, te agradecemos el don de esa estrella que no se apaga, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Que sea un faro para nuestra peregrinación, que sane nuestras divisiones y nos acerque a la Luz de Cristo para que, en Él, encontremos nuestra unidad. Amén.

Testimonio Cristiano: Crecer en la unidad

El Arcipreste Drtad Uzunyan lleva más de 30 años al servicio del Patriarcado Ortodoxo Armenio de Turquía.

La Iglesia Armenia fue fundada en el año 301 por San Gregorio el Iluminador y el santo rey Tiridates III. En este sentido, pasó a la historia como la primera nación que adoptó el cristianismo y tiene una historia de 1700 años. El Patriarcado Armenio de Turquía, donde presto mis servicios, se estableció en 1461. El Patriarca Sahak II es el 85º Patriarca de los armenios de Turquía. 

En 1989, decidí seguir al Señor Jesucristo cuando comencé a leer la Biblia que me había regalado un amigo. Para comprender mejor la Palabra de Dios, participé en un grupo de estudio bíblico para jóvenes dirigido por el Obispo Mesrob, que más tarde se convertiría en el 84º Patriarca Armenio de Turquía. Conocí a mi esposa Tanya en ese mismo grupo de estudio bíblico y nos casamos en 1995. Ese año también me consagré como sacerdote casado.

La comunidad Armenia Ortodoxa de Turquía es la mayor población cristiana del país y siempre ha desempeñado un papel desta-cado entre las iglesias cristianas, especialmente en el fomento de la colaboración ecuménica. Gracias a los esfuerzos y a la estrecha cooperación del difunto Patriarca Mesrob II y del Patriarca Ecuménico Bartolomé, la vida ecuménica en Turquía se elevó a un nivel superior. En 2003, a propuesta de los dos Patriarcas y con la participación de los obispos de las iglesias tradicionales y de los líderes de la corriente principal de las iglesias protestantes en Turquía, se estableció la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico (Joint Commission of Churches in Turkey). El trabajo de esta comisión abrió una nueva vía ecuménica para las iglesias locales: una contribución muy significativa de la Comisión fue la publicación de un libro sobre los principios comunes en la fe ‘Enseñanzas fundamentales del Cristianismo’ (Cristianity: Fundamental Teachings). Por primera vez en la historia, los líderes ortodoxos, ortodoxos orientales, católicos y protestantes firmaron un documento que muestra la fe común de todo el cristianismo (para más detalles, ver la contribución de Garo Saraf).

Otra comisión organiza anualmente la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra desde hace 35 años.  Esto ha creado un entorno en el que las distintas iglesias pueden interactuar entre sí y servir juntas. Ambas comisiones, de las cuales soy vicepresidente, continúan su trabajo y planean crear más iniciativas ecuménicas.

El Programa Interparroquial de Refugiados de Estambul, que lleva años sirviendo a los refugiados, es otro fruto del ambiente ecuménico que se ha creado. 

Recientemente, se han iniciado consultas entre las Iglesias Tradicionales y la Unión de Iglesias Protestantes de Turquía y, se está tratando de crear un espacio fraternal para continuar el diálogo. El objetivo es promover el diálogo cristiano entre las Iglesias Libres y las Iglesias Tradicionales de Turquía a nivel oficial y establecer una atmósfera de respeto mutuo, amor y cooperación. Recomiendo el ambiente ecuménico de Turquía como un buen modelo de ecumenismo cooperativo en el mundo. Estamos tratando de desarrollar formas de resolver los problemas y conflictos existentes y, a la vez, profundizar en el entendimiento mutuo e interrelación. 

La ciudad en la que se produjeron dos separaciones muy significativas de iglesias –en el año 451, en el Concilio de Calcedonia y en el Gran Cisma de 1054–, en la actualidad, se está convirtiendo en un buen modelo de unidad cristiana creciente entre el pequeño remanente de presencia cristiana, en el vasto mar de un país musulmán: Estambul, Turquía.

Téngannos presente en sus oraciones, pidan por nuestros líderes eclesiásticos y para que caminemos y sirvamos en unidad, complaciendo el corazón de nuestro Señor, de acuerdo a su oración: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.» (Juan 17,11).Que el Señor nos proteja con el poder de su Nombre y nos haga uno. Amén.


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