Mi nombre es Franciny Jiménez. Soy católica muy devota. En julio pasado me casé con un hombre que no es católico, su nombre es Uriah Wilson. El es bautista.
Me viene a la mente lo que dice el Salmo 133 también: «¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! …ahí el Señor concede bendición…»
El enfoque que estamos tomando este año para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos puede despertar una fuerte objeción. ¿No deberíamos lamentar nuestra desunión en lugar de celebrarla?
¿Cómo podemos apreciar mejor las riquezas de la gracia que se encuentran en otras tradiciones cristianas, y cómo podemos (y cómo logramos) aprovechar esas riquezas en nuestras comunidades de la Espada del Espíritu?
Muchos de nosotros hemos llegado a la vida comunitaria sin ser “consultados”, simplemente nacimos o crecimos aquí. Masiel García nos cuenta su experiencia.